viernes, 17 de junio de 2011

Acerca del Hombre Luminoso.


El Hombre Luminoso por excelencia
Por Eduardo

Estimados lectores:
Hace algunos años, específicamente en el 2004, realicé un viaje a la ciudad industrial de Moa. Al regresar de ese periplo, escribí estas ideas que hoy comparto con todos ustedes.

Un día leyendo un cuento de Azorín, siendo apenas un adolescente imberbe, una frase del relato quedó grabada en mi memoria. La sentencia que rubricaba el genial escritor español decía textualmente “El tiempo es un niño que juega a los dados”.
En aquel instante de mi corta existencia, no era yo capaz de aquilatar el profundo significado que aquellas palabras del protagonista encerraban. Hoy, que ya comienzo a peinar canas, y empiezo a adentrarme en el período de la vida que los optimistas nombran segunda juventud y los más trágicos madurez, quiero reflexionar un poco acerca de una especie de hombres, que incluye por supuesto a las mujeres, cuyo paso por la vida parece desafiar al inevitable designio del Dios Cronos.