sábado, 20 de agosto de 2011

Habanastation. Un filme entrañable.

Ian Padrón con los protagonistas del filme Habanastation
 Por Eduardo

Cada vez que la cinematografía cubana estrena un nuevo filme, el público de la isla, poseedor como ninguno de una cultura cinéfila bien arraigada, se vuelca hacia las salas de cine. Porque si algún pueblo disfruta enormemente de su propia filmografía, ese es el cubano. Sin embargo, en los últimos tiempos, como ya he explicado en otros trabajos que he redactado relacionados con la temática de la realización nacional de filmes, algunas de las últimas producciones del cine cubano, no han reflejado con absoluta objetividad la realidad de nuestra Patria.
El Período Especial tuvo una consecuencia funesta para nuestra cinematografía, la realización de coproducciones. Al caer la economía cubana en picada profunda en los años 90, el financiamiento estatal a nuestro cine también sufrió enormemente, y con ello la industria del cine cubano se vio en la alternativa de recurrir a fuentes de financiamiento externo, o detener la producción de filmes nacionales. Apareció una tendencia nefasta del cine cubano, consistente en tocar solamente las zonas oscuras de nuestro devenir como nación.