viernes, 17 de agosto de 2012

Havana Club vs Bacardí

 Por Eduardo

Kalida Jenaldes:
A la familia Arechavala se le indemnizó por sus propiedades. Cuando era muchacho, tenía un amigo, cuya familia vivía, aún en los años 80, de la indemnización por la nacionalización de un edificio de apartamentos. En los 60 los Arrechavala se fueron del país, porque sencillamente ya no podían darse la vida que se daban. En Cárdenas y en Matanzas, todavía se dice cuando alguien vive en el desenfreno, y gasta mucho dinero, que goza más que Carmelina Arrechavala.
Cuando se fueron ya no eran dueños de la fábrica, pero se llevaron bastante dinero de Cuba, porque tengo entendido que lo hicieron antes del cambio de moneda. Sencillamente nunca pagaron los derechos de la marca en Estados Unidos, cosa que si hizo el Gobierno de Cuba, que para mí es la representación soberana del pueblo cubano, no los gobierno de opereta que durante 50 años, le pedían permiso a la embajada yanqui para hacer cualquier cosa en este país, sobre todo para reprimir a obreros y campesinos, o frustrar Revoluciones como la del 30 que se fue a bolina.
Tú como representante de las ideas capitalistas deberías saber que el derecho de nacionalización está en todas las constituciones, incluyendo la del 40 que rigió la vida de Cuba hasta el año 1976, en que se instaura la Socialista. Por tanto nacionalizar, previa compensación no es un robo, sino poner en manos del estado una empresa o un sector de la economía. Que no te guste, ese es tu maletín. La firma Bacardí a través de un proceso espurio, le compró a los arruinados Arechavala en Miami, la marca, que ya no les pertenecía, y que hacía más de 40 años que el gobierno cubano ratificaba en Estados Unidos.