Orlando:
En esta semana de receso escolar,
tuve la oportunidad de ver muchos filmes en la casa. Uno de ellos era una
película rusa llamada 1612, que narra los acontecimientos que siguieron a la
caída de la dinastía Godunov en lo que los rusos han dado en llamar el “Caos”.
Como no había zar en Rusia, un grupo de traidores rusos le entregan el trono al
Rey de Polonia, y uno de los generales polacos, quien tenía secuestrada a la
princesa Zenia Godunova, hija de Iván el Terrible, planifica darle la mala a su
propio rey, casándose con la última vástago de la antigua casa rusa real, y
tomando Moscú a la brava. Pues el ejército de aquel polaco estaba formado por
mercenarios, cosa común en aquella época. Uno de ellos era español. Si hubiese
triunfado en su empresa, cosa que no logra, porque como siempre pasó, los rusos
le pasaron por arriba como un cilindro, la historia habría recogido el suceso
como un triunfo de las armas polacas.
Lo mismo pasa con tus mercenarios
de la 2506. ¿Quiénes les dieron el armamento, la logística, los barcos, los
aviones, las municiones, los uniformes, los equipos de comunicación? Pues los
yanquis. ¿Quiénes entrenaron a los soldados de la 2506, incluyendo a sus
paracaidistas y tropas de desembarco, hombres ranas, etc? Fueron oficiales de la
CIA, que habían sido veteranos de la II Guerra Mundial y la Guerra de Corea.
¿Dónde se elaboraron los planes de desembarco? Se elaboraron en Langley, y que
yo sepa la CIA es una agencia oficial del gobierno yanqui. Los aviones, los
barcos, barcazas de desembarco, los tanques, los cañones, las calibre 50, ¿De
qué arsenales salieron? De los arsenales de las Fuerzas Armadas Yanquis. El
ejército mercenario hubiera podido invadir a casi cualquier país
latinoamericano de aquella época por su composición y armamento. Quizás solo
Brasil, México o Argentina tenían fuerzas suficientes y efectivos para poder
derrotarlos.