viernes, 21 de junio de 2013

Los temores de Eisenhower se están cumpliendo.


Dwight D. Eisenhower
 Por Eduardo

Orlando:
Ayer no tuve tiempo de responderte tus análisis sobre la guerra en Iraq y Afganistán. De tanto leer propaganda militar yanqui y ver películas al estilo de Delta Force, estás firmemente convencido de que el U.S. Army está en el mundo para preservar la justicia. Lo que los yanquis hacen no es más que asegurara para sí la mayor cantidad de fuentes de producción de petróleo, toda vez que los expertos auguran que las fuentes de producción actuales se agotarán en el término de 100 años a lo sumo. Y como los yanquis imaginan que ellos serán el imperio eterno que soñó Adolfo Hitler, están conquistando aquellos países que poseen petróleo, y cuyos gobiernos no responden a su idea del nuevo siglo americano.
De eso se trata, tienen la economía en bancarrota, China en los próximos años lo desplazará como primera potencia económica mundial, pero son una potencia militar que no tienen igual en estos momentos en el mundo, y su cúpula gobernante a veces ocupada por personas enajenadas como Bush hijo, cuyo integrismo radicalista cristiano y mesiánico rayaba con la locura, toman decisiones que no tienen nada que ver con la lógica de la cordura humana. Y entonces a eso se suma además el papel nada despreciable del complejo militar industrial.
Cuando Eisenhower en su discurso de despedida habló del peligro que para los Estados Unidos representaba el poder que estaba tomando el complejo militar industrial, pocos imaginaron el alcance de este problema. A pesar de su política de agresiones contra Cuba, el general de cuatro estrellas que dirigió los combates de la II Guerra Mundial en Europa conocía el costo humano de la guerra, y creo que sinceramente era una persona con mucho más ética que el político actual norteamericano. Vislumbró el peligro que los productores de armamentos y sus ejércitos de lobistas representarían para el futuro del Stablishment.