Anónimo:
Yo no quiero ser absoluto,
porque en verdad en la historia de la humanidad han existido algunos
personajes, que valiéndose fundamentalmente de su talento llegaron a ser
grandes capitalistas, siendo de hecho promotores del desarrollo de lagunas ramas
del saber humano en el campo de la ciencia y la tecnología. Tal es el caso de
los conocidos Tomas Alva Edison, Henry Ford, Bill Gates, etc. Sin embargo, el
término “trabajar” en el caso de un millonario es bien relativo.
Quienes trabajan realmente
en el capitalismo son los obreros y campesinos que se rompen el lomo, para
producir la plusvalía que les permite a los propietarios de los medios de
producción, darse la vida de lujos y despilfarro que proclaman las revistas
faranduleras producidas con el papel que se produce de la destrucción de
millones de hectáreas de las selvas tropicales. La desigualdad social en
Estados Unidos ha alcanzado los niveles de la Gran Depresión en 1929. En un
nuevo libro dedicado a este problema, el premio Nobel de Economía, Joseph
Stiglitz, declara que el sueño americano es un mito: desde 2008 el 1% de los
estadounidenses más ricos obtienen alrededor del 93% de todos los ingresos en
el país.
Que tú estés de acuerdo con
esos datos, no quiere decir que esta distribución de la riqueza sea moralmente
justa. Para acabar con injusticias como esas se hizo la Revolución Cubana. Y
entiendo que el orden económico actual donde los ricos son cada vez más ricos,
y los pobres somos cada vez más pobres, nada tiene que ver con los derechos humanos,
de los que tanto cacarean los dueños de este mundo. Un mundo donde los países
desarrollados consumen el 80% de la energía, nada tiene que ver con el derecho.