viernes, 7 de febrero de 2014

José Martí y la “ayuda” norteamericana.


Martí visto por Ernesto Rancaño.

 Por Eduardo

Anónimo:
A mí me sobran los argumentos para discutir con usted y con 100 más como usted, porque sencillamente es muy fácil discutir con alguien que evidentemente desconoce o en caso contrario oculta realidades de la historia de mi Patria. Con la flaca no discutiría nunca porque simplemente un cubano digno no discute con alimañas al servicio de la potencia que pretende ahogar en hambre y enfermedades a los hombres y mujeres de la tierra en que vio la luz. El bloqueo feroz de más de cincuenta año, afectó a mis abuelos, afecta a mis padres, hermanos, a mi hijo, a mi esposa y a mí en lo personal.
Los más de 3000 muertos, y más de 2500 mutilados e incapacitados por el terrorismo de estado, planificado y financiado por las agencias de inteligencia del gobierno de Estados Unidos y sus mercenarios en contra del proceso revolucionario, son mis hermanos, y es por eso que rechazo en nombre de ellos la actitud mercenaria y rastrera de esa señora, de su cónyugue y de todos los traidores al servicio de la Nueva Roma. La flaca es una hipócrita que se gasta 3000 dólares en twits y después con total desfachatez escribe en su blog, “hoy no sé qué le pondré a mi hijo en el plato”. Eso amigo mío se llama doble moral y descaro.
Pero como no puedo emplear mi precioso tiempo en ese personaje globo inflado por Yumilandia en su intento de fabricar una figura alternativa al liderazgo revolucionario, le aclaro que pasando por alto su desconocimiento de nuestro sistema democrático donde más del 90% de la población vota (son las elecciones con más alta participación en todo el hemisferio), le aclaro un detalle histórico que usted parece desconocer.