Por Eduardo
Retomo
este antiguo post de mi casi inacabable debate con el Inagotable Orlando en “La
Joven Cuba”; este publicado en octubre de 2011, donde doy continuidad a las
ideas insertadas en este blog hace una semana. Me sorprendió apreciar que el
compatriota Orlando y yo hemos sostenido un debate por casi un lustro, en el cual
sin bajar nuestras respectivas banderas, nos hemos convertido en unos de los
ejemplos de cómo puede primar el diálogo respetuoso entre adversarios políticos.
Nunca nos hemos ofendido, y jamás nos hemos faltado al respeto. Lo cual no
quiere decir, que en algún momento u otro, el choteo criollo no haya alcanzado
nuestro diálogo.
Orlando:
Si la pretensión yanqui es que renunciemos al
socialismo para copiar su modelo de sociedad están errados. Los 50 años, en que
por copiar a los yanquis fabricamos hasta un Capitolio con sus dos hemiciclos,
fueron suficientes para este país.
La Democracia yanqui no es modelo para nadie
en el mundo. Lo único que la valida, es el poderío militar del imperio y sus
arsenales nucleares. Lo primero que es cuestionable es el alto nivel de
abstencionismo que posee. Un sistema de gobierno donde el presidente se elige
con solo el 25% del padrón electoral no tiene ninguna credibilidad. En Cuba,
Orlando, a pesar de que el voto no es obligatorio, vota el 95% de la población
en edad electoral.