viernes, 4 de mayo de 2018

Para seguir continuando la obra de Fidel.

No existirá ruptura generacional, sino continuidad revolucionaria
 Por Eduardo

Hace algunos días vengo siguiendo por Internet las repercusiones de las elecciones de nuestro Parlamento, en las cuales se constituyeron la propia Asamblea Nacional en sí, el Consejo de Estado y se eligieron a los compañeros Miguel Díaz Canel Bermúdez y Salvador Valdés Mesa como Presidente y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros respectivamente. Yo como revolucionario cubano estoy bien claro de la justeza de la elección del compañero Díaz Canel.
Creo que los cubanos de mi generación, que es la de los nacidos en los primeros años de la Revolución, debemos asumir la continuidad del proceso que nos puso en el mapa político del mundo. 



Antes de la Revolución triunfante en el enero luminoso de 1959 no pasábamos de ser una “República Cañera”, a la cual solo la diferenciaba con respecto a las entonces llamadas “Repúblicas Bananeras” de Centroamérica que nuestro producto agrícola de mono cultivo no eran los plátanos, sino las cañas azucareras; que nos permitían producir el azúcar en función del mercado único del poderoso vecino del norte. En esa República mediatizada las decisiones más importantes no se tomaban en el Palacio Presidencial de la República, sino en la Embajada de Yumilandia.
Aquí en la isla el traspaso de la conducción del país a las generaciones nacidas con el triunfo de la Revolución no es cosa de un solo día, como los medios masivos de desinformación de nuestros adversarios políticos quisieran hacer creer. La composición etaria de la Asamblea Nacional habla por sí sola. Los niveles de dirección del Partido y el Estado en casi todas las provincias son ocupados por compañeros cuya edad oscila entre los 45 y 55 años. A nivel municipal las edades se mueven en el entorno de los 35 y 45 años aproximadamente.
De lo que escriben nuestros enemigos del compañero Díaz Canel hay poco o nada que agregar. La primera vez que pude conversar con él fue en el Parque Vidal de Santa Clara, cuando cursaba mis estudios de Doctorado en la Universidad Central de las Villas. Corría el año 1993, y me puse a hacer una cola en una hamburguesera situada a un costado del mencionado parque. Debía comer algo, porque había salido de la UCLV a las 4.00 pm, debido a que después de la 6.00 pm prácticamente era una odisea poder salir del barrio de Antillas, donde radica la mayor universidad cubana, hacia el centro urbano de Santa Clara. Para regresar a Matanzas debía coger un tren al que denominaban “El Espirituano” que partía precisamente de Santi Spíritus, y llegaba a la estación de trenes de Santa Clara justo a las 12.00 de la noche.
Estando en la cola, llegó un hombre joven con el pelo largo, vestido con un pulóver con la efigie del Guerrillero Heroico, y un jean prelavado, pedaleando en una bicicleta Minerva de la Fábrica de Santa Clara fundada por el Che (no era su bicicleta una Forever china como menciona el colega Arnaldo es su Blog Caracol de Agua). Frenó la bicicleta, y se acercó a la cola de la Hamburguesera. Enseguida los presentes en la cola (no los coleros, que en Cuba es casi un oficio para algunos), lo rodearon y empezaron a intercambiar con él. Pregunté que quién era el recién llegado, y respondió una viejita santaclareña con mucho cariño y no poco orgullo: - Ese muchacho es Díaz Canel, el Primer Secretario del Partido Provincial.
Recuerdo que metí en buen cubano la cuchareta en el intercambio, y le mencioné el hecho de que el horario del tren suburbano que saliendo del centro de Santa Clara iba a la UCLV, no coincidía con el de los turnos de clase de los estudiantes y él se tomó el tiempo para explicarme que como el trencito usaba líneas empleadas por los trenes nacionales en parte del trayecto no quedaba más remedio que situarle el horario entre los itinerarios de los mismos.
Después lo volví a ver años después cuando participé como Evaluador Externo del Ministerio de Educación Superior, en la inspección que se le realizó al entonces Instituto Superior Minero Metalúrgico de Moa, durante el año 2003. En esa ocasión trabajaba como Primer Secretario del Buró Provincial en Holguín y tuvo la gentileza de reunirse con los profesores, que provenientes de muchas universidades cubanas íbamos a evaluar el trabajo del centro de altos estudios de la actual Universidad de Moa.
Pero mis mayores intercambios con el compañero Díaz Canel fue en la etapa en que ocupó la responsabilidad de Ministro de Educación Superior. Por su estilo de trabajo al menos una vez en el semestre se reunía con los claustros profesorales de todas la Universidades del país. Durante su mandato como ministro, yo fungí como Director de Informatización y posteriormente como Secretario del Comité del Partido de la Universidad de Matanzas. Por esa razón tuve el privilegio de ver a nuestro recién nombrado Presidente proyectarse como un dirigente sumamente inteligente, innovador, sensibilizado con los problemas de todos, y sobre todo como mucha visión de futuro.
Recuerdo que todavía dirigiendo el frente de la informatización de la Universidad de Matanzas, nos dio la tarea a todos los Centros de a través de la Red Informática del MES activar las video conferencias. Antes de su asunción como Ministro, el uso de la tecnología de comunicaciones en el Ministerio solo había dado pasos incipientes. Hoy su uso es tan común que los que entran ahora, quizás no sepan que el uso de las video conferencias comenzó con Díaz Canel. De todos aquellos intercambios aprendí de él, y ahora transmito algunas de las ideas que copié de su palabra en mis agendas de entonces, que:
  • El mejor trabajo político ideológico que podemos realizar es hacer bien lo que tengamos que hacer.
  • Si se trata de la docencia, el mejor trabajo político ideológico que puede realizar un profesor revolucionario es dar la mejor de las clases.
  • En función del trabajo político ideológico, no debemos dejar espacios vacíos, porque espacio que dejemos vacío, otros lo ocuparán, casi siempre para realizar su labor de subversión.
  • Hay que llevar todo lo que comenzamos a hacer hasta el final.
  • Es imprescindible alcanzar la cultura del detalle.
  • Que todo lo que hagamos sea en función del mejoramiento del ser humano.

La última vez que intercambié con él fue cuando asistí como Delegado al VII Congreso del Partido. A mí me correspondió participar en la Comisión No 1, que tuvo a su cargo la discusión del documento de la Conceptualización del Modelo Económico y Social, que era dirigida precisamente por el compañero Díaz Canel.
En esa Comisión estaba la crema y nata de la intelectualidad revolucionaria cubana. Fue una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida. Estar en la misma sala, y escuchar debates entre Abel Prieto, Miguel Barnet, Homero Acosta, Mariela Castro, y muchos otros me sucedió una sola vez en mi humilde existencia, y no creo que se vuelva a repetir. Como decimos los cubanos, en medio de ese tiroteo, Díaz Canel no solo estuvo a la altura, sino que se lució como el intelectual que es. Sobre todo tuvo la virtud a mi entender, de facilitar el debate, de manera tal que su mediación en temas muy complejos, permitieron arribar a la Comisión a una redacción del documento de la Conceptualización, más acorde con las necesidades del país, y con los intereses del pueblo.
De cualquier manera, no que quedé callado, e hice una intervención relacionada con las investigaciones científicas que se engavetan sin aportar nada a la economía del país. En un receso, me acerqué a Abel Prieto y le hice una pregunta, que le había prometido a mi esposa que le haría si coincidía con nuestro Ministro de Cultura, y que se relacionaba con la muerte de Miguel Luna en su novela homónima. Exactamente le pregunté: - Abel, mi esposa y yo no podemos explicarnos ¿por qué usted mata a Miki Moon (seudónimo de Miguel Luna en el pre) en la novela?
Abel muerto de la risa comenzó a explicarme una teoría de que Miki Moon era muy autodestructivo, y que su muerte no era más que la consecuencia de una vida de inconsecuencias, hasta que en ese momento se acercó Díaz Canel, y en tono bromista medió en el diálogo y expresó una jarana bien criolla: -Eduardo, Abel mató a Miguel Luna, porque se dio cuenta que era mucho mejor que él. Esa fue la última vez que hablé con mi Ministro, que en ese momento era nuestro Primer Vicepresidente, y hoy es el Presidente de la Nación.
Yo no soy otra cosa que un profesor entre tantos de esta tierra de Educadores. Pero puedo vivir orgulloso de haber compartido escenarios con compañero Miguel Díaz Canel Bermúdez, y a través de estos pequeños recuerdos personales expresar, como otros muchos cubanos revolucionarios, que nos alegramos de su elección, y esperamos instrucciones al igual que nuestro querido Raúl, para seguir continuando la obra de Fidel. 

5 comentarios:

  1. Edu.

    Como resultado de tu revolucion, Cuba disfruta de la segunda peor retribucion salarial del continente, solo aventajada por Venezuela.

    Creo que una agencia dedicada a contabilidad y a asuntos fiscales me va a dar trabajo.
    Si es asi, tendré poco tiempo de estar aqui jeringando. No pienses que me morí.

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  2. El sistema tributario de Ecuador es lógico, bello y simplificado al maximo. El de Cuba está diseñado para aplastar al sector privado, que obligado a sobornar al empleado público justifica que se lo quiten todo y lo metan en la cárcel.

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  3. Mira Edu. Cuando hables de nuevo con Diaz Cannel, dile que por 200 dolares mensuales le monto un sistema tributario simple, semejante al de Ecuador, para que cambiar lo que debe ser cambiado, que de lo contrario no van a crear ningun socialismo sustentable ni prospero.

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  4. Comenta Jose en Cubaprofunda

    ¿Quien no conoce en Cuba La Mesa Redonda de Randy Alonso?

    Entonces, estamos de acuerdo en que no solo es criticable lo banal, lo chavacano, la vulgaridad, el chancleteo y la chusmeria de Caso Cerrado, sino tambien que te ametrallen a consignas y triunfalismos.

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  5. Las mujeres son mi delirio. El dia 1ro fui al Oasis y ya quiero volver. En la calle, me entretengo mirándolas, hablándoles y piropeandolas. Las chicas de acá cada dia se ponen jeans más y más apretados. A una, muy sexy, que dejaba al descubierto parte de la barriga, le tire una foto mientras se alejaba. Un joven, que había vuelto la cabeza para mirarla se rió. Me justifique: Esta bella, le dije.

    A una, que vendía refrescos le dije: Te compro uno, porque eres muy bonita. Lo es.

    Al otro dia. Ella hablaba con dos estudiantes prometiéndoles que les daría su dirección.
    Le compre otro refresco. Le pregunto
    ¿Y a mi, no me das tu dirección?
    Sonrió y dijo:
    No. Ellos son estudiantes. Tienen que hacer un proyecto universitario sobre los vendedores ambulantes como yo.

    Le dije muy serio: Yo tengo que hacer dos proyectos. Sonrió.

    Luego, conversando, me dijo que lo que no le gustaba eran los piropos ofensivos. Un tipo, le dijo , me contó, ser ginecólogo y le ofreció hacerle unos estudios.
    Otro, desde una camioneta, le pidió que montara, que él la iba a enseñar como hacer dinero fácil.

    Eso es feo. Si fuera puta no estaría esforzándose en vender, sino en el Oasis.

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