viernes, 23 de marzo de 2018

Algunas maduras reflexiones.

 Por Eduardo

Anónimo:
Yo tengo más de 50 años, y he vivido personalmente la traición de muchos y el reblandecimiento de no pocos. Y si reafirmo mi condición de comunista, no es porque me crea el mejor de los revolucionarios, sino porque sencillamente los seguidores de Marx, Engels y Lenin, que históricamente han sido perseguidos, denigrados, torturados y desaparecidos por cuanta dictadura se enseñoreó durante mi niñez por estas tierras nuestras, tenemos tanto derecho a decir nuestras verdades como los supuestos defensores de la democracia occidental.
Cuando yo era un joven profesor universitario surgió la Perestroika en la URSS, y muchos comenzaron a hablar dentro de las filas de la UJC, de la glaznot, de la democracia representativa, de la socialdemocracia, etc (lo primero que hicieron los partidos de Europa del Este fue cambiar sus nombres de Comunistas a Socialistas, para después desaparecer). El final de todos los antiguos militantes conocidos como los “perestroikos”, fue engrosar las filas de la contrarrevolución. Hoy el 90% de los que conocí, viven en Miami y son abiertos partidarios del bloqueo a Cuba.