viernes, 18 de mayo de 2018

Al Presidente Trump la paz mundial le importa un cajón.

Un conlicto en la península coreana pudiera significar el fin
de la humanidad (Foto: Cubadebate)
 Por Eduardo

Como decía mi abuela, cuando el mal es de ir a sentarse en la taza del inodoro, de nada vale que ingiera el interesado toneladas de guayabas verdes. Un día el mundo se levanta con la noticia que el actual mandatario de la Casa Blanca ha mandado a disparar sus cohetes “bonitos e inteligentes” sobre Siria; o que abandona olímpicamente el conveniente para todos Tratado sobre la no producción de armas nucleares firmados por el Presidente Obama y sus aliados europeos con la nación persa. El día 15 de mayo de 2018, coincidiendo con la Nakba palestina, el multimillonario ordenó el traslado de la embajada de su país hacia Jerusalén.
La reacción del pueblo palestino, en protesta por esta decisión y por su derecho al restablecimiento sobre sus tierras, arrebatadas por los sionistas, ya ha cobrado según cifras del Ministerio de Salud del Estado Palestino ha cobrado la vida a 58 ciudadanos civiles, entre ellos seis niños, y más de 2700 heridos. Ya nada sorprende del actuar de este personaje que accedió a la presidencia del imperio más poderoso que ha existido mediante unas elecciones en las que perdió el voto popular por más de 2 millones de votos.